La prediabetes se refiere a concentraciones de glucosa en sangre más altas de lo normal, pero menores de los límites establecidos para la diabetes. Se reconoce ampliamente como un fuerte factor de riesgo para el desarrollo de la diabetes y la enfermedad cardiovascular. Mientras que la prevalencia de la diabetes se espera aumente en todo el mundo en un futuro próximo, las investigaciones muestran que la prevalencia de la prediabetes aumentará aún más exponencialmente, debido a la exposición de la población a diferentes factores ambientales que llevan a la resistencia de la insulina tales como un estilo de vida sedentario, consumo dietético de alto contenido en grasas/calórico y obesidad, entreteniendo así el aumento de la prevalencia de la diabetes. Aún más, los mecanismos fisiopatológicos de la prediabetes, que incluyen la resistencia de la insulina y la disfunción de las células betas, se han vinculado con anormalidades de múltiples funciones de órganos tales como la nefropatía, retinopatía, neuropatía, así como la enfermedad macrovascular. En efecto, ello en parte explique el por qué ciertas personas con diabetes tipo 2 presentan complicaciones de la diabetes evidentes cuando se les diagnostica.
Aunque no existe un consenso en el mundo para definir la prediabetes, el actual criterio de diagnóstico de la prediabetes, esto es, Alteración de la Glucosa en Ayuna (AGA), Intolerancia a la Glucosa (IG) y los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) pueden servir para hacer una línea de corte entre las concentraciones de glucosa en sangre anormal y normal. Con certeza, optimizar el control de la prediabetes conducirá a reducir la incidencia de la diabetes manifiesta y enfermedad cardiovascular asociada, y limitaría los costes abrumadores asociados con la diabetes y sus complicaciones. Pruebas de investigación han mostrados que los programas de modificación de estilo de vida que incluyen modificación de dietas, ejercicio físico regular y pérdida de peso pueden tratar efectivamente la prediabetes. En verdad, las modificaciones de los estilos de vida conllevan una reducción relativa del riesgo de un 40–70% con respecto a la prevención del desarrollo de la diabetes. Por otro lado, la utilización de un tratamiento médico como la metformina es beneficioso en particular en las personas que no responden o no pueden sostener un estilo de vida adecuado. Mientras que los esfuerzos para reconocer y controlar la prediabetes como un riesgo para la diabetes se llevan a cabo en entornos ricos en recursos, no es el caso en entornos con recursos limitados donde la prediabetes con frecuencia no se reconoce o incluso no se considera una enfermedad. También en tales entornos, los modelos estandarizados de educación de pacientes que se pueden utilizar para considerar las necesidades del paciente en conocimientos son cuasi inexistentes. Las medidas preventivas efectivas diabéticas consistirán en una detección temprana y control de los estados de la prediabetes, y en equipar a la población con conocimiento adecuado; en particular porque lo último estará siempre en el centro de su propio cuidado.
Moderador del debate:
El debate estará moderado por Dr. Etienne AMENDEZO, Médico consultor en el Hospital King Faisal, Ruanda y Profesor (Hons) en el Colegio de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad de Ruanda.
Referencias:
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4. Gillett M, Royle P, Snaith A, Scotland G, Poobalan A, Imamura M, et al. Non-pharmacological interventions to reduce the risk of diabetes in people with impaired glucose regulation: a systematic review and economic evaluation. Health Technol Assess. 2012 [cited 2016 Aug 9];16(33)